Desde la segunda mitad del siglo XIX, el pueblo fue creciendo de manera ininterrumpida en población. Esto obligó a que el casco urbano se extendiera. Lo hizo en sentido ascendente hacia la zona que se denomina El Castillo. En fotografía aérea o incluso desde un lugar elevado, se puede apreciar cuál era el núcleo más primitivo, que se sitúa en la zona más cercana al río, entre las calles Pellejeros y la plaza actual. Esta plaza se configuró en los años cuarenta del siglo XX y todos los mayores recuerdan aún cuál fue la última casa que se derrumbó para ampliarla. Incluso hay alguna fotografía de las obras del momento. La plaza originaria se situaba en medio del pequeño poblado y se conoce con el nombre de Plazuela, a la que se accede por una calle empinada, tiene un callejón más de salida y otro que, con el tiempo, fue cerrado. La Plazuela era algo más extensa en su origen pero, por razones de intercambio cuando se modeló la plaza actual, se construyó un pequeño edificio, como se puede observar a simple vista. Entre la Plazuela y la Plaza Mayor se encontraba la escuela, construida en 1920 y a la derecha de la plaza, la antigua casa parroquial o Casa del curato, levantada en 1814, con un coste de 31.311 reales de vellón. Muy típicos son los adornos que aparecen en las fachadas de las casas. Todavía se conservan varias, bien por encima de algunas ventanas de la fachada principal o justo debajo del alero del tejado. Son de representación solar, iguales a las muy comunes en muchos lugares de Sicilia. En la cara oeste del castillo de Gormaz también se conserva una con idéntico dibujo que las de Cuevas.


Comparte esta Página